Hace mucho tiempo, en
las orillas del lago Victoria vivía un viejo elefante incapaz de dormir por las
noches. Con los últimos rayos de luz, el insomne animal se acurrucaba junto al
resto de su manada, sobrecogido, mientras esperaba la oscuridad. Incapaz de moverse,
temía a las sombras que aparecían cuando el Sol se ocultaba, y a los terribles
peligros que aquella oscuridad traía noche tras noche. Durante el día, se
limitaba a seguir con torpeza a la manada, sin resultar de utilidad en modo
alguno.
Sintiendo que sus días
llegaban ya a su fin y con la esperanza de ayudar a sus compañeros, dio
comienzo su último viaje. Tomó la decisión de partir en busca de sus dioses,
moradores del monte Kilimanjaro, para pedirles que iluminaran la noche. Era un
trayecto duro, largo y lleno de peligros. El día en que se le cayó su primer
diente, se alejó del resto de la manada y puso rumbo hacia el volcán divino.
Cuando llegó a la montaña,
al límite de sus fuerzas, los dioses le preguntaron el motivo de su visita. El
elefante les explicó su problema y las deidades, apiadándose de él, le
concedieron su deseo: cogieron sus colmillos, los unieron por los extremos y
crearon un círculo blanco que ascendió mágicamente hacia los cielos, emitiendo
un rayo de luz en la hasta ahora oscura noche.
Sin embargo, el aura que
este nuevo astro emitía era muy escaso y apenas se podía ver. Pero el Sol, que
tanto había castigado al viejo paquidermo durante su odisea, decidió enviar un
rayo de luz que ocupó el espacio entre los colmillos, permitiendo así que la
noche se iluminara eternamente y que el elefante pudiera dormir su última noche
en paz.
Y a esa nueva luz se
la llamó Luna, que en suajili significa “Elefante”.
Simplemente magnífico!!
ResponderEliminarLurei ^_^
Me encanta!!!! ;) No sabía que la Luna en suajili era Elefante jejeje No me ire a dormir sin saber algo nuevo! Un besote!
ResponderEliminarTu hermanita mayor
Dudo mucho que la Luna en suajili sea "elefante", pero me quedaba un final de rechupete jajajaja
EliminarUn abrazo hermanita!